Siempre me ha encantado la Navidad. Presumo de ser una elfa de Papa Noel disfrazada de humana todo el año... Me encanta hacer regalos y vivir todo este pequeño gran ritual de la Navidad: adornar el árbol, magnificar la ilusión con papel de regalo, conseguir arrancar una sonrisa a los que ya no creen en el espíritu navideño... Pero este diciembre parece que es mi espíritu navideño el que no termina de aparecer. Ni sonrisas, ni luces, ni copos de nieve artificial en mi mirada... solo el sonido de la lluvia lejana y el llanto desconsolado. Pero hoy ante el espejo, despeinada, adormilada y sobre todo, cansada de la autocompasión, me he dicho: ¡¡Se acabó!! Y he buscado en ese cajón que todos guardamos, medio olvidado pero lleno de maravillas, un motivo para sonreir. Y pensé que merecía la pena compartirlo con vosotros y desearos con él ¡¡Feliz Navidad!!
Respuesta del New York Saint ante la pregunta de un niño
sobre si existe Santa Claus
Cartas al Director
Navidades de 1887
Santa Claus existe, tan seguro como existe el amor, la generosidad y la compasión. ¿Cómo podrías no creer en él? ¡Qué horror! ¡Tampoco podrías creer en las Hadas!
¿La Fé es real? ¿Y la Gloria? ¿Y que hay de la Magia de un recién nacido? ¿Es real?
Claro que Santa Claus existe, y gracias a Dios que existe. Y ojalá exista siempre para alegrar los corazones de la infancia.
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